Juan 4: 14-15 La vida eterna





"Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

La mujer le dijo: Señor, dame esa agua para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla." Juan 4:14-15 

 El contexto del pasaje que nos describe el escritor sagrado, el apóstol Juan; es una situación interesante donde encontramos a Jesús,  teniendo una conversación con una mujer Samaritana. Esto era inusual; porque históricamente Judíos y Samaritanos no se la llevaban bien, al punto de que el Judío evitaba incluso pasar por Samaria tomando el camino más largo.

Ahora bien sin importar eso Jesús sostiene la conversación  con la mujer, con el fin de hablarle del evangelio y sus bondades, diciendo: "Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna"

Jesús parte de la necesidad que tenía la mujer en ese momento para indicarle que existe una necesidad mayor, cuya satisfacción sólo podía venir de él mismo.


La mujer no entendió del todo, porque solo pensaba  en su necesidad física, que tenía en ese momento; que implicaba venir todos los días al pozo para sacar agua; representando para ella una molestia y un cansancio físico.

Muchas personas aún no comprenden el evangelio, porque sólo piensa en su problema aca en el mundo y por ello ignoran su problema más serio e importante.

El evangelio es la buena noticia de salvación para aquel hombre que reconoce su incapacidad de librarse de su pecado y las consecuencias de el;  para ahora por medio de Cristo recibir una nueva vida, llámese vida eterna.

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