Las Parábolas de Jesús “Los Talentos” / Mateo 24:14-30

 


 

 

Introducción

Esta parábola tiene su ocasión en el momento en que Jesús les habla a sus discípulos acerca de las señales de su segunda venida y al mismo tiempo les advierte sobre la importancia de estar preparado para su venida Mt. 24:44. Para ello enseña tres parábolas: 1) La parábola del siervo fiel; 2) Parábola de las 10 vírgenes y 3) La parábola de los talentos. 

En la parábola de “Las 10 Vírgenes” se observan a unas jóvenes esperando  a su señor, en la parábola de “los Talentos” se observan a unos siervos trabajando por el señor, en la primera se resalta la importancia de una vida espiritual interna adecuada para la segunda venida de Cristo y en la segunda, una actividad externa.

Jesús enseña en la parábola de los talentos sobre la responsabilidad que tenemos en la administración de los dones y recursos que Dios nos ha dado.

 

Inicio de la parábola vv.14 -16

Jesús comienza esta parábola hablando acerca de un hombre que realizaría un viaje a un lugar lejano, pero antes de irse llamó a sus siervos y les entregó sus bienes vv.14. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, conforme a la capacidad de cada uno, posteriormente se fue a su viaje vv.15  

En los tiempos antiguos esto era algo común que se hacía entre un señor y su siervo, el señor le daba la responsabilidad de administrar sus bienes para que haga un buen uso de ellos, siempre velando por sus intereses; note que el hombre distribuyó sus bienes entre todos sus siervos vv.14. Por otra parte, el talento acá no se refiere a una habilidad, sino más bien a la más alta unidad monetaria de aquel tiempo, que equivale a 6.000 dracmas o 12.600 gramos de plata.

Este punto de la parábola ilustra la condición de las personas que han hecho una profesión de fe para con Cristo y por lo tanto están sujetos a Él como un mayordomo a su “señor”, el cual debe dar cuentas de todos los “bienes” que les fue encomendados, en nuestro caso: dones, innatos o adquiridos, espirituales o naturales.  

 

El trabajo de los siervos vv.16-17

Jesús continúa la parábola, diciendo que el que recibió cinco talentos fue y negoció con ellos y ganó otros cinco talentos vv.16. Asimismo, el que recibió dos talentos, ganó dos talentos más vv.17. Indiferentemente de los talentos que recibieron los siervos, ambos se esforzaron y trabajaron al punto de duplicarlos, resaltando por sobre todas las cosas su fidelidad a su señor.

 

El siervo que no quiso trabajar vv.18

Uno de los siervos no quiso trabajar como lo hicieron los dos siervos anteriores y en lugar de negociar con el talento, el cavó un hoyo en la tierra y escondió el talento vv.18. A este siervo más adelante se le califica como “negligente y malo”, porque no cumplió con su trabajo y por supuesto no mostró fidelidad a su señor vv.26

 

La respuesta del señor de los siervos vv.19-27

Finalmente, después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos vv.19

El siervo que trajo diez talentos:

Llegando primero el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos diciendo: “Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos” vv.20. Note que los 10 talentos le pertenecían al señor, nada le pertenecía al siervo, ni los talentos que recibió, ni los que duplicó.

Aquel señor le dijo a su siervo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” vv.21 Ahora el siervo recibiría mucho más, y entraría a un lugar privilegiado, “al gozo de su señor”

Al siervo que trajo cuatro talentos:

Luego, llegó también el que había recibido dos talentos y trajo consigo dos talentos más, diciendo: “Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos” vv.22 Ambos siervos mostraron entusiasmo y confianza al venir a su señor porque habían duplicado el talento que les entregó.

El señor le respondió de la misma manera que le respondió al que trajo cinco talento y lo recompensó de igual forma: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” vv.23. El está recompensando su fidelidad  hacia él.

 

Al que trajo un talento:

El que había recibido un talento trajo consigo ese mismo talento diciendo: “Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo” vv.24-25. En lugar de otro talento este siervo trajo acusaciones y excusas a su señor.

El señor de aquel siervo le respondió: “Siervo malo y negligente…” vv.26-27. La recompensa que determinó para él no fue ponerle sobre mucha cosas, tampoco llevarlo “al gozo de su señor”; sino más bien lo castigó quitándole el talento que le había dado vv.28 y echándolo a las tinieblas de afuera, donde lo único que se escuchará será el “lloro y crujir de dientes” vv.30; es decir al infierno.

 

Conclusión

Todos nosotros somos mayordomos de todas las cosas que Dios nos ha encomendado para llevar frutos, nada de lo que tenemos acá nos pertenece realmente, todo le pertenece al Señor; quien un día vendrá a arreglar cuentas con nosotros.

Y la pregunta que debemos hacernos es ¿Estamos listos para ese momento? ¿Qué le vamos a traer al Señor? frutos de los “bienes” que nos dejó o excusas.

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