La ofrenda Cristiana

2 Corintios 9:7
"Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre."

En el capítulo 8 y 9 de la segunda epístola a los Corintios, Pablo les escribe a la Iglesia acerca de una ofrenda especial como forma de ayuda a los cristianos que se encontraban en Jerusalén; ellos estaban pasando por una hambruna que había golpeado no sólo a Jerusalén sino también a sus vecinos; además de esto se mantenía la hostilidad hacia los cristianos, haciendo su situación realmente angustiante, por esta razón el apóstol Pablo se propone recoger una ofrenda por cada iglesia donde el había realizado su viaje misionero.

 Pablo se enfoca en estos capítulos animar a las personas para que participen de esta ofrenda colocando como ejemplo a Jesús.

Tomando en cuenta 2 de corintios 9:7 quiero resaltar 3 características de la ofrenda Cristiana.

En primer lugar la ofrenda Cristiana es:

1. Espontánea:
"Cada uno dé como propuso en su corazón"

Un sinónimo de espontáneo es natural, la ofrenda debe llevarse a cabo de forma libre y según nuestra conciencia. 

Para promover esa libertad Pablo mencionó el ejemplo de Cristo:

2 Corintios 8:9
"Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos."

Jesús se sacrificó por nosotros y eligió darlo todo, dándose a si mismo en la cruz con tal de salvarnos. 

Si tenemos el espíritu Santo debemos ser como Cristo y ofrendar de manera natural o espontánea, sabiendo que hemos sido llamados a amar a nuestro prójimo.

El apóstol Juan hace mención del amor hacia nuestro prójimo de la siguiente manera:

1 Juan 3:18
"Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad."

La ofrenda debe ser un acto espontáneo en nosotros, esa es la mejor prueba de amor.

La segunda característica de la ofrenda Cristiana es:

2. Honra para Dios
"No con tristeza"

Algunos de los hermanos que estaban en Jerusalén, eran personas que habían tomado la decisión de quedarse allí para aprender y servir en la iglesia del primer siglo. La ofrenda estaba destinada para ayudar a estas personas en su preparación y estadia en ese lugar, contribuyendo a la obra del Señor.

Es común escuchar las críticas que le hacen a las iglesias con relación a las ofrendas que se realizan, diciendo que son para mantener al "perezoso" del pastor y para que se haga rico. Esto genera inseguridad y desconfianza, haciendo que muchos no ofrenden.

Lo cierto es que la ofrenda Cristiana es una aporte para el reino en cuál soy partícipe gracias a Cristo. El crecimiento de la obra del Señor me debe generar alegría y no tristeza.

Cuando ofrendamos no sólo ayudamos a suplir una necesidad sino que nuestra ofrenda hace que sobreabunde las acciones de gracias a Dios y su nombre sea honrado y glorifocado.

2 Corintios 9:12-13
"Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios;
pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos;"

En tercer lugar la ofrenda Cristiana es

3. Desinteresada
"Ni por necesidad"

Hay personas que dan algún tipo de ayuda con el propósito de que les devuelvan el favor, como dice el conocido refrán popular: "Hoy por tí mañana por mí"

Otros quieren enseñar que la prosperidad económica la da Dios a cambio de sus ofrendas y "pactan" con él por eso.

Hechos 8:18-19
"Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,
diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo."

El texto nos habla de Simón, quien al ver el poder del espíritu Santo ofreció dinero a cambio de recibir ese poder, pero fue reprendido con todo y su dinero por el apóstol Pedro.

Nuestra motivación para ofrendar no debe ser la de  recibir algo a cambio. Dios ama al dador alegre, aquel que es capaz de desprenderse de cualquier cosa de forma desinteresada.