4 LECCIONES PARA CUANDO ANDEMOS ERRANTE POR EL DESIERTO


TEXTO: GÉNESIS 21:14-21
“Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.”  Génesis 21:14 

INTRODUCCIÓN 
Este pasaje nos ubica en el momento justo en el que Abraham echa de su casa a Agar y a su hijo Ismael, quien luego de gozar de los privilegios de las posesiones de su padre ahora es forzado a vivir en el desierto con su madre; llevando consigo solo un poco de pan y un odre de agua (Termo de cuero); para así evitar que heredase con su hermano Isaac, el hijo de la promesa.
 
La situación se empeora para Agar y su hijo cuando se les termina el agua en medio del desierto y con ello su esperanza de vivir, provocando en ellos una reacción desesperada; en el caso de la madre, Abandono de su hijo y en el caso de Ismael un llanto desconsolado.

Este pasaje ilustra sin duda la experiencia de muchos de nosotros, quienes sin importar si es por el coronavirus, la escasez en nuestro país o los problemas en el hogar, nos sentimos como si estuviéramos en un desierto, sin rumbo y sin esperanza.

Sea cual sea tu situación, quiero invitarte a considerar 4 lecciones para cuando estés  errante por el desierto: 

LECCIÓN 1: DIOS TE ESCUCHA 
Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Génesis 21:17

Para consuelo de Agar y su hijo, quienes pensaban que morirían irremediablemente en el desierto; se oyó la voz de un ángel, anunciando que el dolor y la desesperación de ellos no eran ignoradas por Dios.

Para muchos de nosotros una situación se vuelve insoportable y miserable, cuando nos vemos solos; sin ayuda y respuesta de parte de Dios, llegando a pensar que nos está ignorando.

Tal y como le sucedió a Job, quien  recibió las peores calamidades que puede sufrir un ser humano, todas en un mismo día; siendo para él la peor y quizás la más insoportable de todas, el silencio de Dios. Por eso no fue sino cuando ÉL se le manifestó en un torbellino que empezó a sentir paz, aún en medio de sus aflicciones y por eso pudo decir: 
“De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.” Job 42:5 

A veces nuestro desierto puede hacernos pensar  que Dios nos está ignorando, pero no es así, Él nos escucha aún en las peores circunstancias de nuestra vida. 

LECCIÓN 2: DIOS TE ACOMPAÑA 
 “No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.” Génesis 21:17 cy d.

Agar había abandonado a su hijo debajo de un árbol para no ver su muerte, pero aún en ese lugar Dios escuchó el llanto de Ismael porque estaba allí con ellos.

En cierta ocasión se encontraban el profeta Eliseo y su siervo en la ciudad de Dotan, cuando vinieron a capturarlos el ejercito de los Sirios; viéndolos el siervo tuvo miedo y corrió a decírselo al profeta, quien le animo diciéndole que más estaban Con ellos. Fue en ese momento que el profeta oró a Dios para que le abriera los ojos a su siervo y viera el ejercito del cielo, el cual estaba allí para cuidarlos de sus enemigos.

“Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.”  2 de reyes 6:14-17

No importa que tan crítica sea nuestra situación, Dios estará con nosotros y no nos abandonará. 

LECCIÓN 3: DIOS TE AYUDA
“Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.” Génesis 21:18-19 

Dios le dijo a Agar a través  del ángel que se levantara y alzara a Ismael, sosteniéndole para que este no muriera, luego proveyó agua para que se saciaran y ambos pudieran sobrevivir. 
Es notable resaltar la forma en que llega la ayuda de Dios:

1. Te levanta
2. Te alza 
3. Te sostiene 
4. Te sacia 

Todo esto para ayudarte a sobrevivir en el desierto. 

LECCIÓN 4: DIOS CUMPLE SU PROMESA 
“Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco. Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto.” Génesis 21:20-21

A pesar de todo y gracias a Dios, Ismael no murió en el desierto ese día, sino que pudo seguir con su vida, tener un hogar, un oficio y una familia, llegando a ser el padre de una gran nación, los árabes.

Esto representa el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham, quien le dijo en el versículo 13 de Génesis 21: “Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente.”

Dios siempre cumple sus promesas, aún en el desierto de nuestra vida, por eso debemos creer cuando nos dice: 
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33

“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;” Filipenses 1:6 

“y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28:20 b 

CONCLUSIÓN 
Si te encuentras en medio del desierto, estando al borde de la desesperanza, recuerda: Dios puede escucharte (Habla con Él), Dios te acompaña (No temas), Dios te ayuda y cumple sus promesas (Confía) 
 
 


 

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