El verdadero reposo

Levítico 23:3
"Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis."




Cuando hablamos de reposo, nos referimos a descanso; el judío podía tener en la semana hasta 3 días de descanso, por causas de fiestas religiosas, históricas  o nacionales.

A continuación   mencionaré  3 de ellas:

1. El día  de reposo. ( Levítico 23:3)  


"Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis."

El contexto del pasaje nos muestra al pueblo de Israel que ya había sido liberado de Egipto y ahora se encontraban en el desierto, recibiendo indicaciones o normas de parte de Dios, pues la intención que tenía era sacar Egipto de sus corazones y mentes.

 La ley del día de reposo consistía en tomar un día a la semana para descansar del trabajo, pero el sentido era que se alejaran del pecado y se consagraran al Señor, recibiendo de su parte descanso.
Este descanso tipifica el descanso espiritual que ofrece Cristo, mediante su sacrificio en la cruz.

2. El año de reposo ó año sabático. (Levítico 25:1-5) 

"Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí, diciendo:
Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová.
Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos.
Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña.
Lo que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año de reposo será para la tierra."

De igual manera que el día de reposo, en este año se debía descansar de todo trabajo en la tierra, la idea era mantener o recordar la dependencia que debemos tener, dejando a un lado la avaricia y por supuesto el pecado. En ese año el pueblo de Israel el pueblo de Israel gozaba del sustento voluntario de la mano de Dios; Tipificando así la gracia venidera que se menciona en Efesios 2: 8-9

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."

3. El año del Jubileo. (Levítico 25:8-55) 

"Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años.
Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra.
Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.
El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos,
porque es jubileo; santo será a vosotros; el producto de la tierra comeréis.
En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión.
Y cuando vendiereis algo a vuestro prójimo, o comprareis de mano de vuestro prójimo, no engañe ninguno a su hermano.
Conforme al número de los años después del jubileo comprarás de tu prójimo; conforme al número de los años de los frutos te venderá él a ti.
Cuanto mayor fuere el número de los años, aumentarás el precio, y cuanto menor fuere el número, disminuirás el precio; porque según el número de las cosechas te venderá él.
Y no engañe ninguno a su prójimo, sino temed a vuestro Dios; porque yo soy Jehová vuestro Dios.
Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros;
y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad.
Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos;
entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años.
Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno, hasta que venga su fruto, comeréis del añejo.
La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.
Por tanto, en toda la tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate a la tierra.
Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido.
Y cuando el hombre no tuviere rescatador, y consiguiere lo suficiente para el rescate,
entonces contará los años desde que vendió, y pagará lo que quedare al varón a quien vendió, y volverá a su posesión.
Mas si no consiguiere lo suficiente para que se la devuelvan, lo que vendió estará en poder del que lo compró hasta el año del jubileo; y al jubileo saldrá, y él volverá a su posesión.
El varón que vendiere casa de habitación en ciudad amurallada, tendrá facultad de redimirla hasta el término de un año desde la venta; un año será el término de poderse redimir.
Y si no fuere rescatada dentro de un año entero, la casa que estuviere en la ciudad amurallada quedará para siempre en poder de aquel que la compró, y para sus descendientes; no saldrá en el jubileo.
Mas las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor serán estimadas como los terrenos del campo; podrán ser rescatadas, y saldrán en el jubileo.
Pero en cuanto a las ciudades de los levitas, éstos podrán rescatar en cualquier tiempo las casas en las ciudades de su posesión.
Y el que comprare de los levitas saldrá de la casa vendida, o de la ciudad de su posesión, en el jubileo, por cuanto las casas de las ciudades de los levitas son la posesión de ellos entre los hijos de Israel.
Mas la tierra del ejido de sus ciudades no se venderá, porque es perpetua posesión de ellos.
Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo.
No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo.
No le darás tu dinero a usura, ni tus víveres a ganancia.
Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para daros la tierra de Canaán, para ser vuestro Dios.
Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir como esclavo.
Como criado, como extranjero estará contigo; hasta el año del jubileo te servirá.
Entonces saldrá libre de tu casa; él y sus hijos consigo, y volverá a su familia, y a la posesión de sus padres se restituirá.
Porque son mis siervos, los cuales saqué yo de la tierra de Egipto; no serán vendidos a manera de esclavos.
No te enseñorearás de él con dureza, sino tendrás temor de tu Dios.
Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas.
También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión.
Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza.
Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero;
después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará.
O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo rescatará; o si sus medios alcanzaren, él mismo se rescatará.
Hará la cuenta con el que lo compró, desde el año que se vendió a él hasta el año del jubileo; y ha de apreciarse el precio de su venta conforme al número de los años, y se contará el tiempo que estuvo con él conforme al tiempo de un criado asalariado.
Si aún fueren muchos años, conforme a ellos devolverá para su rescate, del dinero por el cual se vendió.
Y si quedare poco tiempo hasta el año del jubileo, entonces hará un cálculo con él, y devolverá su rescate conforme a sus años.
Como con el tomado a salario anualmente hará con él; no se enseñoreará en él con rigor delante de tus ojos.
Y si no se rescatare en esos años, en el año del jubileo saldrá, él y sus hijos con él.
Porque mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios."

La palabra jubileo viene de la palabra hebrea "yobel", ella hace referencia al sonido de una trompeta; sonido que indicaba el inicio del esperado año, que se celebraba cada 50 años, donde al igual que los reposos anteriores no se trabajaba la tierra durante ese año y se vivía por la gracia de Dios.

En ese año también el esclavo Israelí era liberado para que pudiera regresar a su hogar con su familia y también  durante ese año las poseciones regresaban con su primer dueño; es decir, si este se había visto obligado por una deuda a vender sus poseciones estas les eran devuelta en el jubileo.  Esta era una bendición maravillosa, donde los israelitas podía recuperar su estatus anterior, que perdieron quizás producto de una mala mayordomia o una decisión pecaminos, simplemente por la gracia divina.

El Jubileo nos tipifica la promesa Mesiánica que menciona el libro de Isaías 61; y que se cumple con la venida de Cristo. Isaías 61: 1-3

"El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;
a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya."

Estas leyes de reposo que Dios dio a su pueblo más que para que fueran practicadas simplemente, era para anunciar y preparar lo venidero, entiéndase la venida de Cristo.

Por ello de manera contundente el apóstol Pablo dice:

"Por tanto nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiestas, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que había de venir; pero el cuerpo es de Cristo."  Colosenses 2:16-17 

*Sombra:
Imagen oscura que sobre una superficie cualquiera, proyecta el contorno de un cuerpo  opaco que intercepta los rayos directos de la luz.

Debemos entender que las leyes son la "sombra", no el objeto; el "objeto" es Cristo.

De esta manera podemos asegurar que el "descanso verdadero" es Cristo.

Por lo tanto solo en él descansa el hombre. Mateo 11:28

"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar."

Note bien la declaración del maestro, diciendo que en él podríamos descansar.

Ya estaba la ley pero igual había personas cansadas y abatidas por culpa del pecado; pues la ley no quita el pecado, ni mucho menos te salva de sus consecuencias; Cristo si lo hace.

La forma en que lo hace la podemos observar en el siguiente suceso, narrado por el evangelista Juan en el capítulo 5, titulado " El paralítico de Betesda".

Juan 5:5-14
"Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.
Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.
Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho.
El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.
Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor."

El evangelista Juan nos describe una situación donde Jesús se encontraba en Jerusalén, para celebrar una fiesta Judía; y por alguna razón se dirije al estanque de betesda, que se encontraba cerca del templo y del estanque donde se lavaban las ovejas.

Allí se encontraban muchos enfermos con la esperanza de ser sanados por una tradición pagana popular de la época, en ese grupo se encontraba un hombre que era paralítico desde hace 38 años, y a pesar que era día de reposo el hombre estaba cansado, producto de su enfermedad, que lo abatia por mucho tiempo y por ello se encontraba desesperado.

Esta situación cambia cuando el hombre tiene un encuentro con Jesús, donde él le sana de su enfermedad  en el instante, sin importar que haya sido día de reposo.

Más tarde Jesús le dice al hombre "no peques más"  indicando que su anterior estado era por su pecado pero que ahora era perdonado y gozaba del "verdadero reposo"  y que no importaba cuántas veces practicará el reposo judío, este no podía ayudarle.

Esto le enseña a los religiosos de la época en que consistía el "verdadero reposos", por eso se molestaron con Jesús.

Ahora bien, podemos decir que el hombre descansa realmente cuando es limpiado de sus pecados y inicia mediante Cristo una relación con Dios.

Permíteme preguntarte:

¿ Estás tú en el verdadero descanso ?

Quizás lo has estado buscando en diferentes personas, religiones, objetos , sin éxito...

Hoy es el día en el que realmente puedes descansar de todas tus cargas, y la única manera de hacerlo es entregandole tu vida a Cristo, "El verdadero Reposo". Dios te bendiga.





Comentarios

Entradas más populares de este blog

Parábola del mayordomo infiel

Parábola de la viuda y el Juez injusto

La conversión Cristiana