Timoteo y Epafrodito, siervos de Dios Filipenses 2:19-30

 



“Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.” Fil. 2:21

 

 

INTRODUCCIÓN

En la sección anterior, el apóstol Pablo menciona una serie de indicaciones, relacionadas con la salvación de cada creyente para poder corregir los problemas que había en medio de ellos, esto es el orgullo y las divisiones.

Para ello, en este pasaje se propone enviar a Timoteo y Epafrodito, considerados por él como ejemplos de un siervo (Esclavo) de Dios:

 

Timoteo  “Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo” Fil.2:19  

 

Timoteo: “que adora a Dios”

 

Fue compañero y ayudante de Pablo. Era hijo de una judía (Eunice) y un griego, vivía en Listra o derbe, donde se convirtió antes del segundo viaje misionero de Pablo. Los hermanos de Listra y de Iconio, lo recomendaron a Pablo cuando este volvió durante su segundo viaje misionero.

 

El apóstol Pablo resalta en él las siguientes características:

 

Tiene gozo en su corazón.  Fil.2:20

Se interesa sinceramente por la Iglesia. Fil.2:20

No busca lo suyo propio sino lo que es de Cristo Jesús. Fil.2:21

Sirve humildemente en la predicación del Evangelio. Fil. 2:22

 

 

Epafrodito “Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito” Fil. 2:25

 

Epafrodito: “Amable, atrayente”

 

Fue el mensajero que la iglesia de Filipo envió con dones a Pablo cuando este estaba preso en Roma. Enfermó muy gravemente durante la visita que le hizo a Pablo en Roma.

 

 

 El apóstol Pablo resalta en él las siguientes características:

 

Verdadero hermano en la fe. Fil. 2:25

Colaborador. Fil. 2:25 

Compañero de batalla. Fil. 2:25 

Con un gran afecto por la Iglesia. Fil. 2:26

Empático con los sentimientos de la Iglesia. Fil. 2:26

Expone su vida por la obra de Cristo. Fil. 2:30

 

Finalmente, el apóstol enseña a la iglesia cuál debe ser su actitud hacia Epafrodito o cualquier otro siervo de Dios:

 

“Recibidle en el señor” es decir como si fuesen el mismo Señor.

“Con todo gozo”  o toda alegría y confianza

“Tened en estima a los que son como él” dándoles el honor que se merecen como siervos de Dios.

 

 

CONCLUSIÓN

Timoteo y Epafrodito son considerados siervos de Cristo, ellos colocaron a Cristo y Su obra en primer lugar, sacrificando sus propias vidas por el bien de toda la Iglesia. Sin duda ellos siguieron ejemplo de Cristo quien se despojó a sí mismo para venir en forma de siervo a morir por todos los pecadores.

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