El pecado de la Murmuración Números 12:8
El pecado de la
Murmuración
“¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi
siervo Moisés?” Números 12:8
INTRODUCCIÓN
Murmurar: Conversar
en prejuicio de un ausente, censurando sus acciones. Fuente: Diccionario
Popular. Ejemplo: “María y Aarón hablaron
contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado” Números 12:1
Según los idiomas
originales (hebreo y griego), esta palabra alude a una crítica o queja que se
dice entre dientes o voz baja; de una persona.
Dicho de otra manera,
murmurar es referir opinión negativa de una persona en su ausencia.
ORIGEN DE LA MURMURACIÓN
Personas cercanas
“María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer
cusita” Números 12:1
María y Aarón eran
hermanos de Moisés, ambos le habían apoyado en algún momento de su vida.
María o Miriam, fue
la que le salvó su vida, asegurándose que cayera en buenas manos, luego que su
madre lo colocara en una cesta a la orilla del río por miedo al edicto del
Faraón. Éxodo 2:4;7. No obstante, se menciona de primero en el pasaje,
indicando que fue ella la que Instigó a la murmuración primero.
Por otra parte, Aarón
ayudó a Moisés cuando este se presentó ante Faraón y durante los 40 años de
peregrinación en el desierto; aunque de igual forma cayó en murmuraciones
contra Moisés.
La murmuración no
siempre surge de enemigos, en ocasiones viene de personas cercanas y familiares
a nuestro entorno.
Sentimientos
pecaminosos
“a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él
había tomado mujer cusita.” Números 12:1
“La mujer cusita” o
mujer Etíope, descendiente de la tierra de Cus hijo de Cam. Aunque hay varias
hipótesis sobre esta mujer, se cree que se trata de Séfora, esposa de Moisés.
Por ser de una raza
distinta, los hermanos de Moisés repudiaban
a su esposa y sentían celos hacia
ella, probablemente por el grado de influencia que ejercía en Moisés.
La rabia y los celos
son sentimientos capaces de llevar a una persona a murmurar contra otra.
Debemos tener cuidado de no albergar dichos sentimientos en nosotros.
Querer resaltar
“¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado
también por nosotros?” Números 12:2
Ciertamente, María
(Éxodo 15:20) y Aarón (Éxodo 4:15) ejercían funciones proféticas en el pueblo de
Israel; esto pudo significar dos cosas:
-
Actuaron
de esa manera porque sentían que era la voluntad de Dios, lo cual fue triste
porque no fue así.
-
Deseaban
resaltar en ese sentido sobre la autoridad de Moisés.
POSICIÓN DE DIOS CONTRA LA MURMURACIÓN
Escucha la
murmuración
“Y lo oyó Jehová.” Números
12:2
Luego de terminar de
decir sus palabras María y Aarón, se nos dice: “Y lo oyó Jehová” Aunque
Moisés no escuchó las palabras sí lo hizo Dios.
Defiende a sus siervos
de la murmuración
“Luego dijo Jehová
a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión.” Números 12:4
Moisés no se defendió
contra las murmuraciones de sus hermanos, porque según la Biblia era “muy manso (dócil, tranquilo), más que todos los hombres que había
sobre la tierra.” Números 12:3 En
su defensa vino Dios, convocando a María, Aarón a las puertas del tabernáculo Números 12:5
Castiga y aparta de
los que murmuran
“Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se
fue.” Números 12:9
Como muestra de su
enojo contra la murmuración, Dios castigó a María:
-
María
enfermó de Lepra Números 12:10
-
Estuvo
excluida del campamento por 7 días Números
12:15
-
El
pueblo no pudo avanzar por 7 días
Números 12:15
SOLUCIÓN CONTRA LA MURMURACIÓN
Confesión
“¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este
pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado.” Números 12:11
La murmuración es
pecado, debemos reconocerlo para poder apartarnos de ella y sus consecuencias
Súplica de perdón
“No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir
del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne.” Números
12:12
Aarón conmovido por
la situación de su hermana rogó por su sanidad ante Moisés. Asimismo intercedió
Moisés por ella. Números 12:13
Dios determinó que
luego de 7 días María sanaría y volvería al campamento y así podrían continuar
su camino.
CONCLUSIÓN
Aunque la murmuración
se hace de manera silenciosa trae consecuencias fuertes no solo en quien
murmura sino en todos los que están a su
alrededor y consienten con ella. Dios no aprueba la murmuración, Él la castiga
y se aparta de los que murmuran. La Iglesia no puede caer en murmuraciones
contra sus hermanos o consiervos, en lugar de ello; es mejor intentar hablar
las diferencias directamente.
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