LA OFRENDA A DIOS Génesis 4:3
LA OFRENDA A DIOS
“Y aconteció andando el
tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.” Génesis 4:3
INTRODUCCIÓN
Al hablar de la “ofrenda a Dios” me refiero a la que traemos
al templo, dedicándola exclusivamente a Él. Lamentablemente, algunos lo hacen
por las razones equivocadas: para cumplir con un requisito de la iglesia, para
que Dios me dé algo, para que otros me vean, etc.
En esta oportunidad quiero hablar de algunos aspectos claves
de la ofrenda a Dios para comprender su importancia y relación especial con
Dios:
ES CONFORME A TU CAPACIDAD
“Abel fue pastor de
ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.” vv.2
Vemos que el caso de Caín y Abel sus ofrendas fueron según
sus capacidades; es decir, Caín era
labrador de la tierra o agricultor y su ofrenda fue del fruto de la tierra “Caín
trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.” vv.3
Por otra parte, Abel
era pastor de ovejas y su ofrenda fue precisamente una oveja “Y
Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas” vv4
El apóstol Pablo al referirse a la ofrenda, dice: “Cada uno dé como propuso en su corazón” 2 de Corintios 9:7
Deuteronomio 16:17 “cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová
tu Dios te hubiere dado.” Hablando de una ofrenda especial a Dios, donde se convoca al pueblo a
traer una ofrenda de acuerdo a como Dios les haya prosperado
La ofrenda a Dios se da conforme a nuestra capacidad, según
lo que tengas a disposición; hablando de dinero, la cantidad que puedas, puede
ser algo material, ropa, comida, incluso un talento; pero siempre debes estar
dispuesto a hacerlo.
ES DE LO MEJOR QUE PUEDAS DAR
“Y Abel trajo también
de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas.” vv4
La ofrenda de Abel a Dios fue de lo mejor que podía dar, dice
la Palabra que dio de los primogénitos (primeros) de lo más gordo de su rebaño.
Por otra parte, no se destaca la ofrenda de Caín, lo cual sugiere que su
ofrenda no tenía nada en especial.
Malaquias 1:6-8 “El hijo honra al padre, y el siervo a su
señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde
está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que
menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? En que
ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado?
En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el
sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es
malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás
acepto? dice Jehová de los ejércitos.”
El pueblo de Israel estaba ofrendando a Dios de lo peor,
traían al altar sus animales enfermos para ofrendarlos a Dios. En este tiempo
de igual forma algunos traen de lo que les sobra para ofrendarlo a Dios, de lo
que no les sirve o aceptan en otra parte para traerlo a la Iglesia. Dios
condena tal acción
Pablo enseña acerca de la ofrenda, que debe hacerse con
alegría y no por obligación o necesidad: “no
con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” 2 de Corintios 9:7
Nuestra ofrenda a Dios siempre debe ser de lo mejor que
podamos dar y no de lo que nos sobra o ya no tiene utilidad. Él lo espera de
esa manera.
ES PARA AGRADAR A DIOS
“Y miró Jehová con
agrado a Abel y a su ofrenda” vv4
Dios se agradó de la ofrenda de Abel porque él dio lo mejor
que podía dar y por el contrario no se agradó de la ofrenda de Caín “pero no miró con agrado
a Caín y a la ofrenda suya.” vv5
Más
allá de la ofrenda, Dios ve la intención con que ofrendamos, dependiendo de cómo sea, podemos agradarlo o
desagradarlo.
Proverbios 3:9
“Honra a Jehová con tus bienes, Y
con las primicias de todos tus frutos”
Salmos 96:7-9 “Tributad
a Jehová, oh familias de los pueblos, Dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a
Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid a sus atrios. Adorad
a Jehová en la hermosura de la santidad; Temed delante de él, toda la tierra.”
La
ofrenda a Dios es una forma de adoración y honra hacia Él de nuestra parte, y
Él se agrada de ello.
CONCLUSIÓN
La
ofrenda a Dios es una forma de adoración y honra hacia Él. Todos podemos ofrendar de lo que Él
nos ha dado y de acuerdo a nuestra capacidades, nunca debe ser de lo que nos
sobra sino de lo mejor que podamos dar.
Nuestra ofrenda a Dios habla de cuán importante es para
nosotros, más allá de la cantidad, Él mira nuestra intención al hacerlo.
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